El gran líder yukpa al que asesinaron en Venezuela
Martes 12 de marzo de 2013 - En la misma semana en que los venezolanos lloran la muerte por cáncer del presidente Hugo Chávez, uno de los más destacado defensores de la recuperación del territorio indígena en Venezuela fue asesinado.
Por Desinformémonos
La vida de uno de los más persistentes defensores del territorio yukpa, Sabino Romero, acabó por una emboscada, de la que se sospecha que los responsables son ganaderos y terratenientes en complicidad con agentes gubernamentales.
Un sector del pueblo yukpa busca la restitución de su territorio ancestral robado y se niega a aceptar las tierras que el Estado, en acuerdo con los ganaderos, le quiere imponer. Uno de los líderes más emblemáticos en esta exigencia de recuperación de tierras era Sabino.
Su vida estuvo marcada por la defensa del territorio y la exigencia del reconocimiento de sus tierras; su anciano padre, José Romero, también defensor de la tierra, fue asesinado a palos en la misma lucha contra los terratenientes y ganaderos asentados en la zona cuando contaba con 109 años de edad.
Lucha por el territorio
El 12 de octubre de 2009 y como respuesta al compromiso de demarcar las tierras yukpa, el presidente Chávez entregó títulos a tres comunidades de la sierra de Perijá, reconociéndoles tierras que no eran “más que monte y piedras”, mientras que las tierras cultivables se reservaron a los hacendados, denunció el profesor universitario José Ángel Quintero.
Pero una parte del pueblo yukpa había decidido hacer su propia demarcación y recuperar sus tierras ancestrales por medio de la ocupación de seis haciendas desde 2008; entre estos yukpa está la comunidad Chaktapa, de Sabino Romero.
Dos días después de la entrega de tierras, los caciques indígenas que aceptaron las tierras otorgadas por el gobierno atacaron a Sabino y su familia, dejando herido al líder, a dos de sus hijos y a una nieta, y asesinado a su yerno.
Decenas de organizaciones sociales denunciaron públicamente que el gobierno se encargó de “fragmentar a las comunidades mediante el manejo clientelar de los programas de vivienda, compra de camiones, y otorgamiento de créditos para los Consejos Comunales que son parte del ‘Plan Yukpa’, con la finalidad de lograr su apoyo incondicional para la firma de unas propuestas de demarcación que van acompañadas de los ‘Acuerdos de Convivencia con Terceros’, documentos que constituyen una manera de mantener la presencia y privilegios de hacendados y parceleros condenando a los indígenas a la exclusión”.
Las mismas organizaciones señalaron que “tampoco se ha cumplido con la consulta previa e informada de los informes técnicos de demarcación, procedimiento fundamental exigido por la normativa vigente generando un clima de tensión que propicia la violencia y la presencia de mercenarios y sicarios”. Poco tiempo después, Sabino fue detenido y llevado preso por acusaciones levantadas por un ganadero y por el supuesto asesinato de tres yukpa en un incidente confuso, y permaneció cerca de dos años en prisión.
José Ángel Quintero Weir denunció la imputación de “bandolero, criminal y abigeo” que se hizo a Sabino “a través de la Vicepresidencia de la República, el Ministerio de Interior y Justicia, el Ministerio de Obras Públicas, Ambiente y de Pueblos Indígenas, y aplaudida y apoyada por los hacendados y el rector de la Universidad del Zulia”, indicó el académico.
Detrás del apresamiento del cacique indígena, señaló Quintero, estarían, además de las complicidades con los ganaderos y terratenientes de la zona, la pretensión de realizar proyectos mineros en los territorios reclamados por los yukpa: un negocio de carbón con los chinos y otro de uranio con Irán.
La sociedad Homo et Natura señaló que “el Estado gobierno no puede cumplir con los derechos territoriales de los pueblos indígenas en el Delta, Amazonía o en la Sierra de Perijá, pues estos espacios vitales ya están entregados a los capitales energéticos y mineros trasnacionales, constituyendo un nuevo socialismo soportado en la ideología de las empresas mixtas”.
El periódico El Libertario publicó que “desde el 13 de noviembre de 2003, fecha en que el presidente Hugo Chávez anunció en El Menito, Lagunillas, la triplicación de la explotación del carbón a 36 millones de toneladas métricas anuales en territorios habitados por diferentes etnias aborígenes, Sabino Romero fue parte de las comunidades indígenas que se movilizaron para rechazar las consecuencias en sus territorios de la expansión de la megaminería en la región. La lucha de Sabino se enfocó a lograr la demarcación y titularidad de los territorios indígenas, para lo cual realizó diferentes movilizaciones tanto en el estado Zulia como en Caracas, utilizando diferentes métodos de lucha, entre ellos la acción directa y la ocupación de tierras indígenas en manos de ganaderos.”
Para la publicación anarquista, “los niveles de autonomía de Sabino Romero en su lucha motivaron una estrategia compartida entre todos los factores de poder regionales y nacionales interesados en continuar la explotación de las tierras indígenas”.
El asesinato
El 3 de marzo, el líder yukpa fue asesinado en una emboscada en la sierra de Perijá (fronteriza con Colombia) cuando bajaba desde Chaktapa a votar para elegir al Cacique Mayor. Los testimonios refieren que sicarios a bordo de una motocicleta le habrían disparado, hecho en el que resultó herida su compañera, Lucía.
La Liga de Trabajadores Socialistas sospecha que fuerzas del Estado podrían tener complicidad en el crimen, ya que Sabino “denunció en noviembre pasado al general Francisco Salcedo Alcalá por ser cómplice de los ganaderos y sus sicarios”, y porque cuando los yukpa salieron tras los asesinos para detenerlos, “el ejército intervino frenando a los yukpa, garantizando en los hechos la huida más tranquila de los atacantes”, señalaron en un comunicado. Además, apuntan, está el hecho de que los anteriores asesinatos de indígenas yukpa están en la impunidad “incluyendo el del padre de Sabino, José Romero, muerto de una golpiza por iniciativa de uno de los ganaderos de la zona”.
“El Estado venezolano, pluricultural según la Constitución y asimilacionista en los hechos, suma a su ya larga lista de muertos la del cacique indígena yukpa Sabino Romero”, denunció el Grupo de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (GTAI) de la Universidad de Los Andes en Mérida, Venezuela. Para estos académicos, el asesinato de Sabino “pone en evidencia la ausencia de un Estado que reconoció derechos y que los usurpa al criminalizar la reivindicación indígena por sus territorios”.
El fotógrafo Francisco Elías Prada escribió que entre los múltiples corresponsables de la situación están “las instituciones del Estado, empezando por el ejército, quien mantuvo en prisión a Sabino Romero y Alexander Fernández (asesinado brutalmente con sadismo y con saña sacándole los ojos, a pocos meses de haber salido de la injusta prisión a la que fue sometido) en condiciones infrahumanas, violando sus más elementales derechos, negándole asistencia médica, ejerciendo tortura sicológica y física”. También señaló a la Guardia Nacional, “que muchas veces llegó hasta la comunidad de Chaktapa Sierrá de Perijá, a detener a Sabino Romero a sus hijos, que persiguió, asedió, amenazó, amedrentó, insultó a Sabino Romero Izarra muchas veces para capturarlo y exhibirlo como un trofeo”.
Arlenis Espinar, representante de Movimientos Populares, señaló el día del asesinato que “no es cualquier asesinado, es un líder histórico de la lucha por la tierra y fue vilmente tiroteado hace tres horas”.
Declaración / La Lucha de Sabino: No más América Latina sin Abya Yala
En 2009, enviamos una Carta abierta al Presidente Chávez firmada por gente que nadie duda sobre su contribución a la lucha emancipatoria de Nuestra América/Abya Yala como Don Pablo Gonzalez Casanova México; Aníbal Quijano Perú; Boaventura de Sousa Santos Portugal; Ana Ester Ceceña México; Bernardo Mançano Fernandes Brasil; Norma Giarraca Argentina; Don Tomás Balduíno Brasil; Silvio Tendler Brasil; Pablo Dávalos Ecuador; Enrique Leff México, entre muchos otros, buscaba alertar al gobierno venezolano de los equívocos que se cometían contra los pueblos indígenas y específicamente en ese momento encontra los pueblos Yukpa, Wayuu, barí y Añu que habitan el estado Zulia, en particular, en la Sierra de Perijá.
Lo que en ese momento se buscaba evitar hoy lo lloramos/honramos, o sea, la muerte de su mayor líder Sabino Romero, asesinado trágicamente por una combinación de intereses ganaderos, de sicarios y de líderes locales oportunistas que se esconden tras discursos revolucionarios pero que, en la práctica,reproducen las viejas ideologías racistas coloniales.
Para aquellos que ven a Venezuela desde fuera y reducida a un debate político-ideológico bipolarizado, como si aún viviéramos la Guerra Fría, no comprenderán la complejidad que vivimos y sufrimos. En ningún momento de esta heroica lucha emprendida por los indígenas, de la que Sabino Romero es el más legítimo representante, la prensa de la burguesía anti-chavista no da ninguna reseña porque sabe que la lucha indígena es por el territorio y, así, ataca los intereses de las oligarquías que tiene uno de sus pies en la concentración de tierras.
La muerte de Sabino es una más en la que la derecha cuenta con la izquierda latino-americana que no sabe honrar a José Carlos Mariátegui, Tupac Amaru, Tupac Catari, Guaicapuro y tantos líderes indígenas-campesinos como Emiliano Zapata y Pancho Villa. Que no supo honrar el apoyo de los miskitos en Nicaragua (1979-1989) y que no supo respetar las tierras comunitarias de los ayllus en la Revolución Boliviana de 1952. Una izquierda que continúa prisionera de un desarrollismo que, por eso, mata otras fuentes de inspiración hacia otros horizontes de vida. Una izquierda que abraza un nacionalismo superado puesto que ignora las múltiples nacionalidades que habitan la nación venezolana, con sus múltiples territorialidades.Un nacionalismo que ignora que hay un colonialismo interno que, para los Sabinos, es tan perverso como el colonialismo europeo contra el cual siempre luchamos, y que el nacionalismo reproduce en tanto colonialidad que permanece mientras niega nuestra dignidad por el racismo. Nacionalismo este que ignora que queremos autonomía y autogobierno de nuestros territorios y no soberanía; nacionalismo que nos juzga con sus ojos y, así, ignora que no queremos fundar estado, pues somos sociedades sin estado y, como tales, comunales. Queremos una Venezuela Plurinacional, una América como Abya Yala, donde la innovación esté en lo Pluri y no en lo Nacional, en cuanto interculturalidad donde la diferencia para ser verdaderamente ejercida debe ver superadas las relaciones de opresión/explotación que constituyen las actuales relaciones sociales y de poder. En fin, algo que supere al capitalismo y la colonialidad.
La muerte de Sabino no es el fin de una lucha como sus toscos asesinos piensan. Es una lucha que recién se inició en las tres últimas décadas, con el fin del maniqueísmo ideológico expresado en la Guerra Fría, abrió espacios para que otras formaciones sociales viesen la luz, como lo demostraron las Grandes Marchas por la Vida, por la Dignidad y por el Territorio de los indígenas de las Tierras Bajas y de la Amazonía boliviana y ecuatoriana, en 1990. Del fantástico 1º de enero de 1994, que mostró el México Profundo en el Levantamiento Zapatista que también reforzó la lucha por la Dignidad y, como la Dignidad/reconocimiento no es abstracta, luchaban por territorio, por autonomía, por autogobierno. Para los pueblos indígenas, el nacionalismo ha cumplido el mismo papel que el imperialismo tiene para las izquierdas, negando sus territorios, sus territorialidades. Sabino Romero nos interpelaba con su lucha por territorio a la plurinacionalidad de la sociedad venezolana.
La muerte de Sabino Romero se inscribe en una lista de decenas de muertes en los últimos años y que tienden a aumentar con el silencio de los medios y de ciertas izquierdas que se olvidan que el capital político de las transformaciones no está en los gabinetes, sino al lado de los que sufren y a partir de esta condición luchan como hacen los Sabinos.
No decimos que las muertes van a aumentar por bravata. Hay una coyuntura perversa que una perspectiva indígena y campesina puede ayudar a esclarecer. Hay una reconfiguración espacial del capitalismo en curso en la cual, las oligarquías políticas latino-americanas sin ninguna distinción ideológica basta observar los discursos al unísono de gobiernos como los de Venezuela, de Chile, de Colombia, de Perú, de Bolivia, de Brasil y de Ecuador que alaban las oportunidades ve como oportunidad para exportar nuestros recursos naturales, como si esos recursos estuvieran en tierras de nadie. No! ESTAN EN TIERRAS DE LOS SABINOS. No son espacios vacíos o vacíos demográficos, conceptos coloniales que autorizaban la ocupación. Piñera, Correa, Santos, Morales, Umalla y Chávez, todos gritan las oportunidades de exportación de materias primas!
Así como en el siglo XIX América Latina se hizo independiente y sus oligarquías se organizaron para integrarse a la división internacional del trabajo aprovechando las inmensas tierras y recursos naturales para exportar a sus antiguos señores, hoy levantan el mismo discurso como si fuese nuevo. Sin embargo, nosotros, indígenas, campesinos y cimarrones/quilombos sabemos lo que significó para nosotros aquella integración a la división internacional del trabajo como proveedora de materias primas: expropiación y violencia, la misma que mata Sabinos! En el siglo XIX nació una América Latina que olvidaba a Abya Yala. Hoy esto no es más posible. Es necesario integrar la América Latina Abya Yala y la América que cimarronea, la América que se aquilomba! Es de interculturalidad de lo que hablamos con Sabino!
Las motivaciones gubernamentales para secundar el plan ganadero para asesinar a Sabino pueden encontrarse justamente, en las lineas 3 y 4 del llamado Plan Patria, programa de gobierno que Chávez lanzó como lo que sería su ejercicio de gobierno para el presente sexenio: convertir a Venezuela en una potencia energética a través de la explotación de todos los recursos mineros y energéticos presentes en la Sierra de Perijá (Carbón, bauxita, coltán y uranio) y en los espacios de la Gran Sabana, territorio de los pemones, yekuana, yanomami, entre otros (oro, diamantes, petróleo, gas y uranio). Es un hecho histórico probado que la Sierra de Perijá posee en su subsuelo cuantiosos recursos mineros de carácter estratégico (carbón, coltán, fosfato y uranio) y esa es la razón por la que el Gobierno Central, cómo ya lo admitió al menos en el propio Plan Patria 2013-2019 no ha cumplido con las leyes y no ha entregado los territorios autodemarcados a los pueblo sindígenas, puestoda esta explotaciónsería realizada y, a los efectos ya han sido entregados para su administración, a los Chinos y a los rusos, en los territorios indígenas de los 34 pueblos originarios que en Venezuela somos. Ese Plan no es conocido por los venezolanos y venezolanas y exigimos que esta actuación que es, además, una continuación de los planes contra los que luchamos en la 4ta república sea detenido y se revise de cara a los pueblos y del principio de soberanía colectiva todo el modelo de desarrollo que se tiene para los territorios de Perijá, de Amazonas y del Sur de Bolívar. Sólo tal reivindicación cerrará la herida abierta por esta masacre.
!Para los indígenas la historia no se repite como farsa, sino como tragedia!
Sabino sabía de lo que estratégicamente amenazaba la verdadera integración de nuestro continente y, por eso, estaba convocándonos al III Seminario de Integración de América Latina/Abya Yala Desde Abajo, a ser realizado en Chile del 27 al 28 de junio de 2013. Sabía que su lucha local es regional y global al mismo tiempo y, para eso, convocaba a sus iguales y a todos los que comprenden que es preciso romper con el capitalismo y el colonialismo de una sola vez. Que todos traigan su Digna Rabia a Chile en este III Seminario para reflexionar y buscar caminos que honren a Sabino.
BASTA DE INTEGRACIÓN QUE INTEGRA ESPACIOS Y DESINTEGRA A LOS PUEBLOS!
Por una comisión independiente y acordada con la comunidad de Chaktapa, de investigación de los asesinatos de Sabino, su padre Jose Manuel, Alexander y los otros yukpa asesinados, dada la cuestionable actuación del Ministerio Público venezolano y del conjunto de los cuerpos de seguridad del estado (tomar para nosotros la responsabilidad de apurar ya que hasta ahora sólo ha habido fraude
En lo inmediato, exigir el cumplimiento de la Ley Orgánica de los Pueblos Indígenas de Venezuela que en el marco de la Constitución Nacional Bolivariana garantiza la autodemarcación de sus territorios y un mecanismo de indemnización a terceros que garantice una paz mínima en el marco del sistema legal venezolano aprobado apenas hace unos años.
Exigimos que el gobierno venezolano asuma su responsabilidad política, rectifique sus actos y omisiones criminalizadoras de la lucha indígena, desmanteladoras de su gobierno ancestral y su cultura, y que indemnice a las familias de las víctimas de sicariato y detenciones ilegales.
Exigimos que se detenga la criminalización de los dirigentes sociales del movimiento popular venezolano que han acompañado la lucha de los pueblos indígenas y campesinos y que se les integre al debate en búsqueda de las soluciones.
Exigimos la revisión de cara a los pueblos del modelo de desarrollo y los planes para los territorios y regiones con presencia de pueblos indígenas y campesinos, sin imponer mayorías electorales cómo en el caso del Tipnis en Bolivia, sino participación protagónica de las comunidades como la garantiza la propia Constitución venezolana.
¡A los Sabinos que continúan el camino abonado con tanto coraje y sangre buena!
Sabino Romero marca el camino verdadero de la emancipación de los pueblos.
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