¿Y las mujeres en el proceso de paz?
lunes 22 de octubre de 2012 El gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC están negociando un posible acuerdo político que acabe con el conflicto armado. Numerosos son los análisis sobre las posibilidades, pero muy poco leemos sobre las mujeres en este proceso. El tema es clave en la sociedad colombiana.
Por Corporación Casa Amazonía / LolaMora
Las organizaciones aliadas de LolaMora Produciones en Colombia, alzan la voz ante las negociaciones en curso. Tanto la Corporación Humanas, como la Corporación Casa Amazonía, lo hacen.
En Colombia se está hablando del proceso de paz con las FARC, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Los guerreros han decidido sentarse a negociar la paz como si fuera ir a un supermercado esto de negociar, y vemos con extrañeza cómo en este nuevo capítulo de diálogos, las mujeres seguimos estando marginadas. No nos invitan a formar parte de este proceso, a sabiendas de que el presidente Juan Manuel Santos fue contundente al decir que la paz era solo un asunto de gobierno y que nadie podría tener diálogos con la guerrilla.
La pregunta es, ¿será que solo hay guerrilleros? ¿y las niñas y mujeres de este grupo armado no existen? Lo dijo alias Timochenko…” todos los guerrilleros, desde el más nuevo al más antiguo, acompañamos con entusiasmo este nuevo intento”[1]. ¿Y será que las guerrilleras no acompañaran con entusiasmo? Eso es lo que no sabemos. ¿Dónde estarán esas mujeres que sirvieron de “camaradas“ en la cocina o para satisfacer sus deseos sexuales, o para hacer de informantes?¿o ésas que estuvieron al frente del combate y, claro, dónde estarán quienes han militado desde una convicción política auténtica?
¿Será que en este largo proceso habrá un trato diferencial para las mujeres que dejen las armas? ¿Qué pasará cuando salgan las mujeres jóvenes y las niñas, afros, indígenas, campesinas, de las que tanto se habla, y que han sido y son víctimas de varios delitos, entre ellos algunos tan atroces como la violencia sexual y reclutamiento forzado, crímenes de lesa humanidad?¿ Serán tenidos en cuenta o pasarán como un hecho más de la guerra?
Ante este panorama lo que debemos hacer es, como siempre, levantar las voces, hacernos escuchar y reclamar día a día, durante este proceso, nuestra presencia como mujeres en todos los espacios donde se negocie la paz para darle una mirada de género. Para poder visibilizar la desigualdad social, el olvido, el maltrato, la violencia económica, social, cultural y la pobreza como las problemáticas estructurales que nos han llevado a la desobediencia. Porque, definitivamente, la paz no es solo un acuerdo para dejar las armas, sino que tiene que ver fundamentalmente con justicia social y con equidad.
Creemos que esta debe ser una oportunidad para que se escuchen voces tradicionalmente silenciadas, las voces de las mujeres, jóvenes y niñas rurales y de zonas urbanas marginadas, las campesinas, las mujeres afros, indígenas mestizas que habitan en las fronteras y que, desde sus propias estrategias, han ejercido la resistencia en sus territorios sembrando, educando, trabajando, cuidando y criando. Para que en este proceso “las palabras cuenten y las voces de las mujeres se escuchen”.[2]
[2] Slogan del programa Radial LA TERTULIA, que se transmite los sábados de 7:30 a 8:00 am por Muaguaré Stéreo, en Mocoa, Putumayo.