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El Senado destituye al ministro de Educación en Chile

jueves 18 de abril de 2013 La Educación se ha transformado en la más incómoda piedra en el zapato del gobierno de Sebastián Piñera. Los negocios con universidades privadas han generado conflictos de interés y contradicciones que el día de ayer -miércoles 17 de abril- llegaron a un punto álgido, con la destitución del ministro de Educación, a quien se le ha acusado de no hacer cumplir la ley que prohíbe instituciones con fines de lucro en la educación superior.

Piñera con el destituido Beyer.

Piñera con el destituido Beyer. Cortesía del servicio de prensa de la Presidencia de Chile.

Por César Baeza Hidalgo

“Hoy ha primado la peor cara de la política”, dijo a la salida de la sala de sesiones del Senado el hasta entonces ministro de Educación chileno, Harald Beyer, tras conocer el resultado de la votación final de la Corporación. Con la sala completa, por 20 votos contra 18 y tras 10 horas de deliberaciones, el ministro fue destituido.

El presidente de la República, Sebastián Piñera, esta mañana de jueves dijo que “ayer, una pequeña mayoría cometió una tremenda injusticia”, en un homenaje que le hicieron en el Palacio de La Moneda. Por su parte, Beyer, invitó a seguir trabajando por dejar un mejor país, y expresó que se siente orgulloso de lo que este Gobierno ha alcanzado. 

La Cámara de Diputados había votado la acusación constitucional el martes 9 de abril -dos días antes de la Marcha por la Educación que sacó más de 200 mil personas a las calles- y desde esa fecha comenzó un 'gallito' (pulso de fuerza) entre el Gobierno y su sector (la derecha y centro derecha) y la oposición, que incluye tanto a la Concertación (coalición del centro cristiano, izquierda moderada y sectores socialdemócratas) como a algunos sectores de  izquierda.

La acusación constaba de tres capítulos, los dos primeros desestimados por el Senado, pero el tercero sí fue atendido ya que centra su argumento en que Harald Beyer no habría hecho su trabajo, el que manda la Constitución, al no fiscalizar los fines de lucro en la educación superior, cosa expresamente prohibida en la legislación chilena.

“A pesar de que los argumentos se esgrimieron, ninguno de ellos se acogió, ellos no quisieron escucharlos”, señaló Beyer en una visiblemente emocionada intervención. Minutos antes se le había dado la opción de renunciar, y trascendió que ya se le había puesto sobre la mesa desde la semana pasada, cosa que desestimó, según dijo, porque es “hombre de dar la cara”, aunque el castigo en caso de prosperar es que no podrá ejercer cargos públicos en los próximos cinco años, lo cual incluye no ejercer la docencia en ninguna de las universidades estatales.

El tema se vuelve más grave si se considera que Beyer lleva dos décadas dedicado al mundo de la Educación y ha sido asesor de los gobiernos de la Concertación -que sucedieron a la dictadura-, hasta que este año pasó a ser el tercer ministro de Educación del gobierno de Sebastián Piñera. El experto alegaba que él fue el único que sí hizo algo en esa materia y que en los ejecutivos anteriores el trabajo que se le acusa de abandonar, tampoco se hizo. Efectivamente el ministro evidenció el negocio de la Universidad del Mar, que ha sido tema de polémica en lo que va de este año.

El ministro del Interior, Andrés Chadwick Piñera -primo hermano del Presidente de la República-, señaló que “en 30 (sic) años, ninguno se atrevió” a “fiscalizar y sancionar a aquellas instituciones de educación superior que pueden transgredir la ley”. Y si bien es verdad lo que alega el oficialismo, también es cierto que el movimiento por la Educación en Chile ha madurado y tomado la fuerza como para presionar los cambios que hasta ahora no se han hecho.

Los representantes estudiantiles, varios de los cuales se encontraban en el hemiciclo del Senado, ya habían declarado que la lucha no es en contra de un ministro, aclararon que si bien no es un triunfo en sí que Beyer fuera destituido, pues eso no es garantía de que el lucro se acabe, es una señal para que “nunca más se vulneren los derechos y así lograr cambios estructurales de la educación”, señaló Diego Vela, presidente de Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC).

La lógica del “tú también” suele esgrimirse como razón en la política chilena, cuando los partidos o el oficialismo son cuestionados, la respuesta es repetitiva, señalando que tampoco se hizo en los gobiernos anteriores, o que los otros también lo han hecho, argumento que no satisface ya a la ciudadanía, los movimientos sociales y gremiales que reivindican demandas que cada vez hacen más eco en la ciudadanía, como es el caso de la Educación.

Y si bien es cierto que el actual Gobierno no es el responsable de la proliferación de instituciones que han hecho un negocio de la Educación como poder Ejecutivo, sí ha sido su sector el que ha impulsado la privatización de la salud, la educación, el agua, los recursos naturales, con la anuencia de la Concertación. La ciudadanía parece haber llegado a un punto en el que no está dispuesta a seguir esperando los cambios estructurales que modifiquen ese modo de hacer las cosas.

La destitución del ministro Harald Beyer es un golpe a la institucionalidad. Se reflejaron muchos baches en este proceso, y que la clase política no cuenta con la credibilidad ni es la llamada a generar, o mucho menos conducir, los cambios que la ciudadanía reclama. 

El próximo capítulo relacionado con el debate profundo por sobre la Educación está por escribirse. Por lo pronto, la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), ha convocado a una nueva movilización para el miércoles 8 de mayo, y el nombre del cuarto ministro del Gobierno en tres años, está por conocerse. 

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