El País y Hugo Chávez: no hay error, hay intención
jueves 24 de enero de 2013 Es noticia la antinoticia. El periódico español El País ha tenido que retirar ejemplares de los puntos de venta porque había publicado una foto falsa de Hugo Chávez en el quirófano. ¿Es un error, como titulan la mayoría de medios? ¿O la metida de pata es fruto de una intencionalidad cuasi enfermiza?

Por Paco Gómez Nadal
La saña de El País con el gobierno de Venezuela no ha cesado desde el golpe de Estado de 2002. El diario, que se autocalifica de progresista, es la cabeza de lanza del grupo PRISA, con interminables intereses económicos en América Latina y ‘hogar’ de muchos ‘intelectuales’ latinoamericanos europeizados, que podemos dejar representados por Mario Vargas Llosa. Y eso se trasluce en su mirada sobre América Latina y El Caribe.
La agenda internacional del diario El País hace tiempo que es atravesada por los intereses económicos de su grupo y por una mirada colonial, euroocidentalista y despreciativa a todos los modelos políticos que ellos no aprueben. Venezuela, Bolivia, Ecuador o Cuba no figuran en su lista de preferencias. Sin embargo, este periódico ejerce de embajador de Juan Manuel Santos (Colombia) o de Ollanta Humala (Perú).
El periodista Baltazar López publicaba el pasado 11 de enero un estudio revelador que titulaba Venezuela, capital Miami. En él detallaba como, en noviembre y diciembre de 2012, del total de notas publicadas en El País sobre Venezuela, “el 56% (14) está escrito desde Miami, el 12% desde Caracas (3) [dos de ellas de la agencia EFE], otro 12% (3) desde Madrid, el 8% (2) desde México, otro 8% (2) desde Washington y el 4% (1) restante desde Cádiz. Y es que, desde que se celebraran las elecciones, el 7 de octubre, la corresponsal que informa de Venezuela en El País, Maye Primera, lo ha hecho siempre desde Miami”. Miami, la capital de la ultraderecha latinoamericana como epicentro de la cobertura sobre Venezuela. De Panamá salió la imagen que ha ‘inducido’ a El País a equivocarse. Claro, que es difícil equivocarse en un tema tan serio y además imprimiendo la foto del supuesto moribundo Chávez en la portada del diario impreso a un tamaño descomunal. La imagen y el video falso sobre Chávez en Cuba fueron difundidos por el ahora destituido embajador de Panamá ante la Organización de Estados Americanos, Willy Cochez. Destituido, precisamente, por atacar con dureza a la democracia venezolana en el pleno de la OEA. Hace varios días ya que el periodista venezolano Walter Martínez desmontó la mentira de Cochez que ahora le coló a El País.
La memoria es un buen ejercicio para entender las “meteduras de pata”. El 13 de abril de 2002, bajo el titular Golpe a un caudillo, El País editorializaba a favor del golpe de Estado. “La situación había alcanzado tal grado de deterioro que este caudillo errático ha recibido un empujón. El ejército, espoleado por la calle, ha puesto fin al sueño de una retórica revolución bolivariana encabezada por un ex golpista que ganó legítimamente las elecciones para, convertirse desde el poder en un autócrata peligroso para su país y el resto del mundo. (…) Chávez arrasó en las urnas, para hacer luego un uso abusivo de ese poder, con un autoritarismo que llegó incluso a las aulas de los colegios. Su final se veía venir (…)”. Es decir, un periódico que presume de su rejuego democrático estaba feliz con un golpe de Estado contra un presidente electo. A partir de ese día, 13 de abril de 2002, un lugar de rectificar, El País ha iniciado una carrera hacia el precipicio en lo que tiene que ver con Venezuela.
Su última apuesta, ante las elecciones presidenciales de octubre de 2012 también le salió mal. Calentó el ambiente durante semanas, y el día previo a las elecciones soltaba una andanada de páginas en las que designaba como salvador a Enrique Capriles y apostaba al relevo. Allí envió a Luis Prados a cubrir las elecciones desde hoteles de lujo y dar una mirada despectiva no del Gobierno de Chávez, sino de Venezuela. El País perdió cuando Hugo Chávez volvió a ganar.
Este no es un error, es un intento de manipulación tan grotesco que le ha estallado en la cara al que un día fue el mejor diario de España y que hoy, tras años de degradación y tras despedir a los mejores periodistas de su plantilla, es una caricatura de lo que fue.